A algunos les puede sorprender que las aversiones a la comida puedan ser comunes no solo en los niños pequeños sino también en los adultos. Muchas personas desarrollan aversión a ciertos alimentos en algún momento de su vida y nunca los superan, lo que puede ser difícil en la edad adulta cuando otros adultos no comprenden lo que consideran quisquilloso al comer.

Como adulto con aversión a la comida, la principal desventaja suele ser social, ya que puede hacer que salir a cenar y con amigos sea más complicado, pero si está feliz de aguantar esto, no hay problema en evitar ciertos alimentos.

Sin embargo, muchas personas encuentran esto vergonzoso cuando son adultos y tienden a decir que son alérgicas a un determinado alimento cuando en realidad es solo un caso de que no les gusta. Sin embargo, las aversiones a varios alimentos clave o grupos de alimentos integrales, como los lácteos, pueden ser más perjudiciales para la salud, ya que es posible que pierda nutrientes clave.

5 formas de superar las aversiones alimentarias

Los fisiólogos creen que, en la mayoría de los casos, las aversiones a la comida se pueden trabajar y superar con un poco de trabajo y perseverancia, por lo que si siente que su aversión está afectando su salud o es un inconveniente en su vida cotidiana, aquí hay algunas formas de superar la aversión.

1. Piensa por qué no te gusta la comida.

Muchas personas evitan un alimento durante toda su vida sin pensar realmente por qué no les gusta. Tal vez tuvieron una mala experiencia con la comida cuando eran niños, o se enfermaron después de comerla en una ocasión, o tal vez sea una aversión transmitida por miembros de la familia.

Pensar en por qué evita un determinado alimento puede ayudarlo a darse cuenta de si tiene o no una razón para evitarlo y si esta razón sigue siendo válida.

Por ejemplo, si está evitando un alimento porque le enfermó una vez hace muchos años, puede valer la pena volver a intentarlo, ya que la asociación entre la enfermedad y el alimento puede superarse fácilmente con una buena experiencia.

 2. Sigue probando la comida

Cuando los niños pequeños rechazan un alimento, los expertos sugieren que los padres continúen ofreciéndolo hasta 20 veces. En esta etapa, la mayoría de los niños aceptarán la comida; se trata simplemente de adaptar las papilas gustativas a un nuevo sabor.

El mismo principio puede funcionar para adultos. Si no te gusta una comida, no dejes de probarla para siempre. Continúe probándolo cuando se presente la oportunidad, y es posible que, con el tiempo, llegue a disfrutarlo.

Esto sucede comúnmente con el café, que a menudo se considera desagradable al primer gusto, pero se adapta fácilmente cuando se prueba muchas veces.

3. Cambia la textura

A veces no es el sabor de la comida lo que resulta ofensivo, sino la textura. Este suele ser el caso de alimentos como los champiñones, que se consideran viscosos cuando se cocinan, o con la clara de huevo, que pueden tener una textura indeseable si no se cocinan por completo.

A veces, simplemente probar un alimento en una forma diferente puede ser suficiente para superar la aversión, por ejemplo, comer champiñones crudos en lugar de cocer o hervir un huevo.

4. Cocínelo de otra forma

Si tiene aversión a un alimento cocinado de cierta manera, un método de cocción diferente puede ser suficiente para ayudarlo a superar la aversión. Esto puede estar relacionado con las diferentes texturas que se logran con diferentes métodos de cocción pero también con los diferentes sabores que se pueden agregar.

Un ingrediente simple que a menudo no gusta, como el tofu, por ejemplo, tiene un sabor completamente diferente cuando se fríe en comparación con cuando se cuece al vapor y tomará el sabor de los ingredientes con los que se cocina, por lo que hay un sinfín de combinaciones diferentes o sabores que pueden hacerlo más apetecible.

5. Esté abierto a nuevos alimentos

Es bastante común que las personas con aversión a la comida no sean aventureras cuando se trata de nuevos alimentos. De hecho, incluso pueden tener aversión a un alimento que nunca han probado debido a su apariencia, el método de cocción, el olor o incluso el origen de los alimentos.

En estos casos, la batalla es más mental, ya que muchas personas que superan esta primera reacción inicial y realmente prueban la comida descubren que pueden soportarla y que realmente pueden disfrutarla.

Aversiones a la comida con enfermedad o embarazo

A menudo se experimentan nuevas aversiones a los alimentos durante el embarazo, enfermedades como el cáncer o incluso el tratamiento del cáncer, que pueden afectar el sentido del gusto y el olfato. Por lo general, estos tipos de aversiones son más difíciles de superar, pero pueden ser de corta duración, ya que pueden desaparecer después del embarazo o la enfermedad.

En la mayoría de los casos, no es necesario superar tales aversiones, a menos que existan múltiples aversiones o aversiones a los alimentos clave, ya que esto puede significar que es difícil alcanzar la adecuación nutricional. Si este es el caso, se debe buscar ayuda profesional para encontrar alternativas apropiadas a los alimentos o para obtener consejos sobre suplementos.